martes, 12 de enero de 2010

Carta A Los Reyes Magos

Un amigo me envió la siguiente carta infantil:
Queridos Reyes Magos:
Seguramente les extrañará que les escriba hoy, 7 de enero; lo hago porque quiero aclarar ciertas situaciones que me han ocurrido desde el primer día de este mes del nuevo año, en que lleno de ilusiones les envié mi carta, en la que les pedía un tren eléctrico, un par de patines y una bicicleta.
Sepan que casi me derretí el cerebro estudiando mucho durante todo el año pasado, tanto, que no sólo fui el primero de la clase, sino que obtuve el mejor promedio de toda la escuela; no les voy a engañar, ni quiero parecer inmodesto, pero no hubo nadie en todo el pueblo que se portase mejor que yo, con sus padres, con sus hermanos, con sus amigos, con los vecinos, ¡con todos! Ayudaba a los ancianos a cruzar la calle, a las señoras con sus bolsas de la compra, no había nada que estuviera a mi alcance, que yo no hiciera por la gente.
¡Qué huevos tan grandes han tenido ustedes, dejando debajo de mi cama una mierda de osito de peluche, una puta bolsa de canicas y un jodido par de calcetines! ¡Qué cojones se han llegado a pensar, trío de desgraciados! ¡O sea, que me han tenido colgado de los huevos durante todo el año para salirme con una putada de ese tamaño! Y no conformes con eso, al maricón del hijo de la señora a quien mi papá le conduce el coche, a esa gran mierda sin educación, malcriado, desobediente, que no se puede ni entrar a su casa por la cantidad de juguetes que tiene tirados por todas partes, a ese cabrón sí le han traído todo lo que les ha pedido; o sea, que si ese capullo les hubiera pedido el culo, seguro se lo hubieran regalado.
Por eso cada vez hay más desastres que nos hunden y que nos desmadran, porque con unos Reyes Magos como ustedes, tan bordes y falsos, ni en la mierda de país más pequeña del mundo se van a salvar. Eso sí, no dejen de venir el próximo año, por que voy a cargarme a pedradas a los jodidos camellos, a los putos caballos y a los mierdas de sus pajes, para que se acojonen, se larguen, y ustedes tengan que joderse e ir a pie como yo, ya que la bicicleta que les pedí, era para ir a la escuela, que queda hasta más lejos que la casa de la puta del pueblo.
Y no quisiera despedirme de ustedes, sin mencionarles a sus respectivas madres: ¡QUE LAS JODAN A LAS TRES! Ojalá que los acusen de terroristas, los fusilen, lOs pongan en la silla eléctrica o la guillotina para que no sean tan cabrones; sobre todo el Baltasar, a quién dirigí mi carta. Ya me lo decía mi mamá: "No te fíes de los negros".Pero les advierto: El año que viene sabrán lo que es un muchacho malo y cabrón, y entonces les voy a firmar mi carta: "El cabrón".
Que los den mucho a los tres. Pepito.

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