viernes, 6 de abril de 2012

LA CERVECITA

Una pareja de recién casados cumplía los quince primeros días de matrimonio.
El marido, aunque sé sentía totalmente feliz con su amada, añoraba a sus amigotes y andaba con ganas de irse de parranda con ellos, así que le dice a su mujer:
-Mi vida, amor, ahora vengo, no tardo.
-¿Adónde vas, cariño?
-Al bar, cielito, a tomarme una cervecita con los chicos.
La mujer se lleva la mano a la cintura y le dice con tono desafiante:
-¿Quieres cervecita, mi amorcito?
Va a la cocina, abre la puerta de la nevera y le enseña varias marcas de cerveza de países diferentes: mexicanas, alemanas, holandesas…
El marido no sabe qué hacer y sólo se le ocurre decir:
-¡Ay, mi cielo, pero en el bar, ya sabes, mejor con la jarra helada...!
No terminaba de decir esto, cuando la esposa le interrumpe diciéndole:
-¿Quieres jarra congelada, mi amorcito?
Abre el congelador y le muestra varias jarras congeladas, tan blancas por el hielo que hasta temblaban solas de frio.
El marido queda sorprendido, pero se atreve a decir:
-Sí, querida mía, pero en el bar sirven con la cerveza unos aperitivos riquísimos, así que vuelvo enseguida, ¿vale?
-¿Quieres aperitivos, mi amorcito?
Abre el horno y la nevera y saca un montón de platos diferentes de aperitivos: aceitunas, empanada, patatas fritas, boquerones, cacahuates, palomitas, quesos, patés, caviar, embutidos variados…
El marido está atónito, pero así y todo reúne las pocas fuerzas que le quedan para contestar:
-Pero, caramelito, en el bar, ya sabes, hablando con los chicos, salen maldiciones, palabrotas y todo eso...
Se cuadra la mujer ante él con los brazos en jarra, los puños apretados en la cintura, y brama:
-¿Quieres palabrotas, mi amorcito? Entonces: ¡TE TOMAS LA PUTA CERVEZA, EN ESA JODIDA JARRA HELADA DE MIERDA Y TE COMES TODOS ESOS MALPARIDOS APERITIVOS, PERO TÚ DE AQUÍ NO SALES EN TODA LA TARDE, CABRONAZO!

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