viernes, 6 de abril de 2012

EL ENCANTO DE LOS 50

Si usted es un hombre y acaba de cumplir los 50, está en las Bodas de Oro de su nacimiento y ha llegado a la "Edad de los Metales":
¡Al hombre de 50 se le pone el cabello color plata, usa dientes de oro y aquello se le pone como el plomo!
Es la época en que todo comienza a arrugarse y a aumentar: ¡Al hombre de 50 le crece la barriga, le crece la calvicie y le crecen sólo las pelotillas! ¡¡¡A los 50, lo que no crece se cae!!!
No se trague el cuento de que usted está en su mejor edad. Eso fue a los 30 y a comienzos de los 40, cuando repetir de todo era motivo de orgullo y jactancia. Pero a los 50, "repetir" es una palabra prohibida.
Vamos a ver: ¿Repetir matrimonio? ¿Con quién, para qué, por qué, cuándo…? ¿Repetir guisos y estofados? ¡Diarrea segura! ¿Repetir fabadas y cocidos? ¡Gases a tutiplén! ¿Repetir el acto sexual? ¡Será en dos o tres semanas! ¿Volver a ser papá? ¡Anda ya! ¿Volver a correr? ¡Infarto seguro! ¿Volver a nadar? ¡Será a flotar, y gracias! ¿Volver a beber como antes? ¡Cirrosis galopante!
Después de los 50 todo es grave: de cama, ¡de muerte! Un catarro: bronquitis. Un resfriado: neumonía. Un golpe: hematoma. Un fuerte golpe: fractura. Dolor de cabeza: derrame. Dolores en las manos: artritis. Un olvido tonto: Alzheimer. Un escalofrío: Parkinson. Un estornudo: tuberculosis. Una oclusión intestinal: cáncer de colon. Sed: diabetes. Un kilo de más: escoliosis. Un kilo de menos: leucemia. Una mancha: SIDA. Una meada a medianoche: próstata.
A los 50 todo es más peligroso: Sonarse fuerte la nariz: hemorragia nasal. Visión borrosa: cataratas. Cera en los oídos: otitis. Insomnio: ataque depresivo. Un pelo en el peine: calvicie. Dolor en la nuca: osteoporosis.
No es por mortificarlo, pero es mejor que sea consciente de lo que le espera, para que vaya organizando su testamento y escogiendo un buen lugar en su cementerio favorito. Claro, puede que llegue a los 80, pero no le recomiendo confiarse demasiado; y en todo caso, ¡nunca será lo mismo! Así que haga el favor, no se demore y vaya poniendo sus propiedades a mi nombre y remita todos sus ahorros a la siguiente cuenta: 12345-678910-1112131415.
¡Gracias y que usted lo pase bien… si puede!

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