domingo, 2 de octubre de 2011

RECUERDOS DE INFANCIA

Para los que hemos nacido hace algunos años… La verdad, ¡no sé cómo hemos podido sobrevivir!
Fuimos la generación de la "espera"; nos pasamos nuestra infancia y juventud esperando: Teníamos que esperar "dos horas de digestión" para no morirnos en el agua.
Nos dejaban en ayunas toda la mañana del domingo hasta la hora de la comunión.
Mirando atrás, es difícil creer que estemos vivos: Los que podían, viajaban en 600 sin cinturones de seguridad y sin airbag, y se hacían viajes de 10-12 h. con cinco personas en el 600 y no pasaba nada.
Montábamos en bicicleta sin casco… sin manos… ¡algunoff haffta ffin dienteff…! y no pasaba nada.
Jugábamos en la calle a todo tipo de juegos, a cual más bestia, y no teníamos lesiones, ni contracturas, ni ná de ná…
Los columpios eran de metal y con esquinas en pico.
Jugábamos a ver quien era el más bestia. Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para castigar a los culpables.
Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y sólo volvíamos cuando se encendían las luces de la calle. Nadie podía localizarnos. No había móviles.
Ligábamos con las chicas persiguiéndolas para tocarles el culo, no en un chat diciendo tonterías.
Quedábamos con los amigos y salíamos. O ni siquiera quedábamos, salíamos a la calle y allí nos encontrábamos y jugábamos a la pelota, a las chapas, a coger, al rescate, a la taba..., en fin, tecnología punta.
En los juegos de la escuela no todos participaban en los equipos y los que no lo hacían tuvieron que aprender a lidiar con la decepción.
Tuvimos peleas y nos "esmorramos" unos a otros y aprendimos a superarlo.
Algunos estudiantes no eran tan inteligentes como otros y repetían curso... ¡Qué horror, no inventaban exámenes extra!
Comíamos dulces pero no éramos obesos. Si acaso alguno era gordo y punto.
Compartíamos botellas de refrescos o lo que se pudiera beber y nadie se contagió de nada.
Leíamos tebeos y cuentos y no los videojuegos de ahora.
Bebíamos agua directamente del grifo, sin embotellar, ¡y algunos incluso chupaban el grifo!
Íbamos a cazar lagartijas y pájaros con la "escopeta de plomillos", antes de ser mayores de edad y sin adultos. ¡¡Dios mío!!
Coleccionábamos estampas y cromos de “Vida y color”, de futbol…
Ibamos a veces a la playa y pasábamos horas enteras sin crema de protección solar 50, sin clases de vela, de paddle o de golf, pero sabíamos construir fantásticos castillos de arena.
Nos abríamos la cabeza jugando a guerra de piedras y no pasaba nada, era cosa de niños y se curaba con mercromina y unos puntos. Nadie a quién culpar, sólo a nosotros mismos.
Tuvimos libertad, éxito y fracaso, responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello. ¡¡¡Y seguimos vivos!!!

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