martes, 12 de enero de 2010

Sucesos

De vuelta a casa tras hacer unas compras, al pasar por una librería, vi en el escaparate unas noticias de un periódico que decían así:

Pánico en el convento.
Una monja visita al médico:
‘Tengo unos ataques de hipo que no me dejan vivir’.
El médico la tranquiliza:
‘Calma, calma, vamos a ver qué le ocurre’.
Al rato, después de examinarla, le dice:
‘Hermana María, usted está embarazada’.
La monja se levanta de un salto, totalmente pálida, y sale corriendo de la consulta.
Una hora más tarde, el médico recibe la llamada de la Madre Superiora del convento:
‘Doctor, ¿es verdad lo que dice la Hermana María?’.
El médico responde:
‘Verá, Madre, como ella tenía ese fortísimo ataque de hipo, le dije que estaba embarazada para provocar el shock. Espero que con el susto se le haya quitado ya…’.
La contestación de la Madre Superiora hizo que el médico cayera de espaldas:
“Sí, a la Hermana María se le quitó el hipo al instante... ¡¡Pero el Padre Mateo, se tiró desde lo más alto del campanario…!!

En las instalaciones de la NASA en Houston, Texas, trabajaban dos mexicanos haciendo labores de jardinería, en los pequeños jardines que hay donde está ubicada la central de cohetes.
Los dos paisanos tenían una costumbre muy mexicana: tomarse un “caballito” de tequila diario para completar de manera satisfactoria su tarea.
Cierto día se les olvidó la bebida, pero para su suerte, uno de ellos encontró un garrafón con un líquido de similar consistencia y, al terminar su trabajo, se bebieron el brebaje sin saber que era combustible para cohetes.
Por la tarde, uno de los mexicanos le llamó al otro por el móvil y le dijo:
‘Compadre, desde que nos tomamos el tequila de la NASA, ¿se ha echado algún peo?’.
‘No, compadre, ¿Por qué lo dice?’.
‘¡Ni lo suelte, compadre, ni lo suelte! ¡¡¡Le estoy hablando desde Argentina...!!!’.

No hay comentarios: