lunes, 11 de enero de 2010

El Borracho Y El Cura

Lo siguiente ocurrió en los asientos del bus, justo delante de mí, el día que fui a correos a recoger un paquete:
Subió al autobús un borracho que olía a orujo puro por los cuatro costados y se sentó con su roñosa bolsa y un periódico viejo justo delante de mí, al lado de un cura.
Sacó una petaca con orujo barato y se tomó lo que quedaba de un solo trago. Satisfecho, agarró el periódico y se puso a leer.
El cura fingía que el borracho no existía y disimulaba su incomodidad.
Al cabo de un rato, el borracho se le quedó mirando al cura y le preguntó: “Oiga, Padre. ¿Puede decirme qué carajo causa la artritis?”.
El cura, bastante molesto, le respondió en tono sarcástico: “Con toda seguridad le puedo decir que la vida profana, el andar frecuentando mujeres mundanas, los excesos con el tabaco y la bebida, en especial el alcohol; esas borracheras que terminan en noches de prostitutas… y muchas más de esas basuras y porquerías…”.
“¡¡Coooooño, vaya, puta mieeeeerda!!”, dijo el borracho volviendo a su lectura.
Unos momentos después, el cura, al parecer pensando en lo que le dijo al pobre hombre, se conmueve y decide disculparse y le dice en tono comprensivo: “Disculpe usted, no quise ser tan rudo, hijo mío… ¿Desde cuándo sufre de artritis?”.
“¿¡¡Yooo!!? ¡¡¡No joda Padre, a mí no me pasa nada!!!… sólo estaba leyendo este artículo del periódico que dice que el Papa sufre de artritis desde hace varios años”.

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